¿Qué es eso del mindfulness? Aplicaciones en la vida y en el deporte
A lo largo de los últimos años se ha hecho muy popular el uso del mindfulness en el ámbito del bienestar personal, pero mucha gente no sabe en qué consiste ni entiende en qué se basa esta metodología. A continuación intentaré explicarlo de la forma más sencilla posible.
A grandes rasgos podríamos decir que en las sociedades occidentales las personas solemos relacionar el hecho de obtener felicidad o bienestar con conseguir cosas u objetivos. Es decir, pensamos que cuando consigamos ciertas cosas seremos más felices. En cambio, en las culturas orientales a menudo se tiene otra visión del bienestar, que tiene más en cuenta saber apreciar el presente, aceptar las situaciones que nos toca vivir y ser conscientes de que todo es temporal. El objetivo del mindfulness debe situarse dentro de ese contexto filosófico oriental.
El mindfulness o atención plena es una práctica que está basada en un tipo de meditación budista. Se podría definir como una meditación adaptada a la sociedad occidental y desprovista de cualquier misticismo o significado religioso. Básicamente consiste en observar ciertas sensaciones corporales sin juzgarlas ni reaccionar a ellas con ningún pensamiento, sentimiento o emoción. Así, se trata de un entrenamiento mental destinado a enfocarse en el presente, aceptándolo tal y como es. Un ejemplo sería cerrar los ojos y concentrarse en la respiración. Observar cómo entra y cómo sale el aire de las fosas nasales, sin hacer caso a los pensamientos que vayan surgiendo en nuestra cabeza.
¿Cómo nos puede ayudar eso? Pues bien, estaréis de acuerdo conmigo en que vivimos en una sociedad en donde continuamente estamos expuestos a multitud de estímulos (televisión, emails, llamadas, mensajes de WhatsApp, etc.). Tenemos tantas cosas en la cabeza que a menudo nos es muy difícil concentrarnos en una tarea concreta. Nos hemos acostumbrado a estar atentos parcialmente, a las distracciones, y a hacer muchas cosas a la vez. Eso nos provoca estrés y dificultades para disfrutar del presente.
Es por eso que la práctica del mindfulness puede ser muy beneficiosa, y especialmente en personas que sufren de ansiedad o depresión. Cuando estamos ansiosos tenemos en la cabeza pensamientos y preocupaciones por cosas que pueden pasar en el futuro. Y cuando estamos tristes solemos dar vueltas continuamente a situaciones del pasado. Por lo tanto, lo que persigue esta práctica es romper estos patrones de pensamiento que nos provocan sufrimiento, entrenando el cerebro para que se centre en el presente y huya del hábito de dar vueltas y vueltas a las cosas dentro de la cabeza. Dicho de otra forma, se busca que seamos conscientes de la realidad del momento presente que estamos viviendo, pero sin quedar atrapados en los pensamientos y las reacciones emocionales que esta situación nos provoque.
Mindfulness y deporte
Otra de las aplicaciones que tiene la práctica del mindfulness se encuentra en el ámbito del deporte. Dependiendo de qué tipología de deporte se trate, la meditación nos puede aportar unos beneficios determinados:
- Mejorar la concentración: muchos deportes requieren de una concentración muy focalizada en determinados momentos. El entrenamiento en atención plena nos ayuda a reforzar nuestra habilidad para evitar distracciones.
- Estado de flow: es un aspecto muy relacionado con la concentración. Se llama flow o flujo al estado mental en el cual nos encontramos totalmente enfocados en una tarea, con un sentimiento de control de la situación muy acusado (no hay que olvidar que se trata de un constructo). En ese estado nos encontramos fusionados con el presente, disfrutando del momento sin experimentar una sensación de esfuerzo. La práctica del mindfulness pretende desarrollar nuestra capacidad de sentir el presente y experimentar el estado de flujo.
- Gestión de las emociones: hay deportes, como por ejemplo el tenis o el pádel, que son unas auténticas montañas rusas emocionales, ya que continuamente se alternan aciertos y errores que pueden afectar nuestro rendimiento si nos quedamos “enganchados” en ellos. La meditación va a ayudar a que nos centremos en el presente y a que las emociones no nos dominen.
- Gestión del dolor: el dolor es una sensación corporal que nuestro cerebro interpreta como aversiva. Ciertamente se puede diferenciar entre la sensación y la valoración que hacen de ella nuestros procesos mentales (en el sadomasoquismo, por ejemplo, sus practicantes se entrenan o se predisponen mentalmente para que el dolor genere placer). Con la práctica de la meditación se pretende observar la sensación tal y como es, sintiendo el dolor sin hacer ningún juicio, ni como algo agradable o desagradable. Es decir, sentir el dolor (que no tendríamos que definir como dolor) sin sufrir dolor.
- Evitar la aparición de ansiedad: lo explico en este artículo.
- Disfrutar del deporte: cuando practicamos nuestro deporte sin tener que batallar con pensamientos intrusivos, sin sentirnos arrastrados por el vaivén de las emociones y, en definitiva, con una sensación de control mental, la práctica es mucho más gratificante y motivadora.
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