Amistad con la expareja. ¿Sí o no?
En un estudio llevado a cabo en una Universidad de Méjico el año 2012 se observó que las personas que habían perdido su pareja a causa de problemas en la relación tenían más dificultades para superar el duelo que no las personas que la habían perdido a causa de su muerte.
Esto es debido a que en el duelo amoroso existe una percepción de reversibilidad, es decir, de que haya una reconciliación con la expareja, cosa que condiciona y dificulta la resolución de este proceso. En las rupturas sentimentales no hay pérdida absoluta, ya que la persona que era nuestra pareja sigue en el mundo, posiblemente en un entorno próximo y accesible, por la cual cosa será necesaria una reconstrucción de la relación que se mantenga con ella.
A no ser que la ruptura haya sido conflictiva, es posible que la persona que decide poner fin a la relación quiera mantener el contacto con la expareja a nivel de amistad, ya sea porque no tiene del todo clara la decisión (y está guardando la partida), porque se siente culpable, o simplemente para mantener un vínculo con una persona importante en su vida a pesar de que ya no la quiera.
Así pues, en el momento de la ruptura a menudo se nos abre este interrogante: ¿Mantengo la amistad con mi expareja? Para poder resolver este dilema debemos saber si realmente queremos amistad o queremos algo más.
He visto muchos casos de autoengaño en donde la persona que acepta la amistad realmente se encuentra inmerso en una “ilusión de reconciliación” con la expareja. Por tanto, lo que busca este contacto en el fondo es recuperar la relación perdida. Lo que pasa es que la dependencia emocional nos está llevando a buscar este contacto, de la misma forma que una persona con algún tipo de adicción busca su dosis para sentirse bien. Y es que, hasta que los lazos afectivos no se hayan desvanecido por el paso del tiempo, es difícil dar un giro a la relación hacia una amistad sincera entre ambas partes.
¿Cómo podemos saber si podemos tener una amistad sana que no nos afecte emocionalmente? Una de las maneras sería haciendo las siguientes reflexiones:
- Cuando quedo con la expareja, ¿esta me podría hablar de nuevas relaciones o de personas que está conociendo sin que esto me hiciera sentir mal?
- En el hipotético caso de que mi expareja tuviera una nueva relación, ¿sería capaz de tomarme un café y mantener una conversación con ellos con tranquilidad?
Si la respuesta a estas preguntas es un “no”, entonces…¿no significa esto que en el fondo queremos algo más con esta persona? ¿Es una relación de amistad real una en la que no se puede hablar de nuevas relaciones?
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